Sin duda que entre el 21 y 24 de junio son fechas importantes para los pueblos originarios de nuestro país, sin embargo cuando una actividad tan vital para el fortalecimiento del individuo en su calidad humana, como lo es celebrar el wetripantu o año nuevo mapuche, se traduce en elogios a una sola persona, uno suele cuestionarse sobre la real vocación que tiene el servicio público. Digo esto, por la forma en que fue alabado un señor concejal de la comuna , elogios que se hicieron de manera previa a la rogativa y en mapudungún, algo así como "gracias amigo Juan Carlos Farías por estar con el pueblo mapuche". No digo que no sea malo que se agradezca a una persona, sobre todo cuando se trata de un servidor público, sino que estamos en tiempos de "lucha", por un cupo a la alcaldía, y entonces ello suele mal entenderse entre la gente y sobre todo entre los demás competidores, quienes quedaron en desventajas, luego de los aplausos que los asistentes debieron brindarle al personaje.
También es cierto que la famosa celebración ha ido creciendo en los últimos años, y en gran parte obedece al trabajo de Juan Carlos Farías, situación que no es desconocida y que es meritoria de agradecer, pero ¿porqué no ir más allá? y aprovechar el repunte que ha tenido el wetripantu, es decir sacarle provecho al buen ánimo que tiene la comunidad indígena y trata de crear un proyecto turístico-cultural en la zona, donde la misma gente pueda elaborar sus productos y venderlos. Evidentemente que esto les servirá para que más público pueda visitarles y de paso incrementar sus recursos y apoyar a Los Lagos en su desarrollo turístico.
Acepto los elogios que se le hicieron porque están merecidos, pero será mucho más, si es que se logran cosas concretas y que vayan en directo beneficio no solo de los votos, sino que de todos, ( Comunidad, Vecinos, Autoridades, Comuna, Etc).
