jueves, 7 de enero de 2016

Colusión de Supermercados, ¿qué más debemos soportar los chilenos?

Curioso, por decirlo menos, resulta los datos revelados por la Fiscalía Nacional Económica y los casos de colusión en las tres cadenas de Supermercados más importantes del país, Cencosud, SMU y Walmart Chile.
Lo curioso no es  la práctica, que ya parece habitual entre las grandes empresas, sino el tiempo que se demora en conocer, en  tener a mano los resultados de una investigación, a un hecho que nos deja perplejos y preguntándonos como consumidores, hasta cuando se permite este tipo de prácticas que sólo dañan a los consumidores y lo que es peor, la confianza de la ciudadanía hacia las instituciones y las mismas empresas. Y es que los datos dados a conocer por la FNE, datan de 2011 o 2012, es decir, no es necesario ser expertos en matemáticas para darse cuenta que desde entonces a la fecha, las billeteras han aumentado a costillas de usted y yo. 
Es grotesco pensar que ya no es la delincuencia, la salud o la educación  los temas que afectan a los chilenos, sino que este tipo de cosas, que dañan la confianza y lo que es peor los pocos recursos con que vive la mayoría en este país.
Colusión en farmacias, los pollos, los supermercados, el transporte, la energía eléctrica, el agua, los peajes en carreteras, la mezcla del dinero con la política, el costo en salud, la educación, qué más debemos soportar los chilenos.
Entonces señores, se hace necesario y de manera urgente exigir a las autoridades mayor fiscalización, control y castigo a quienes incurren en este tipo de prácticas abusivas que dañan el bolsillo de la clase media. Esta es la única forma de evitar caer en una suerte de desorden social, impulsado por un Estado permisivo.
Ahora resta esperar cual será la reacción de los parlamentarios con este tema, si es que respetarán el sentir de la ciudadanía que condena estos abusos o simplemente los argumentos económicos pesarán más a la hora de votar el proyecto de Ley que se tramita en el Congreso y que castiga los acuerdos para fijar precios.  


Los chilenos comunes y corrientes, esos que todos los días nos levantamos para mover este país  y que no percibimos  grandes sueldos, necesitamos volver a confiar en las autoridades y las instituciones, pero de manera urgente. Es decir, es vital hacer un guiño a la ciudadanía, esa misma que es castigada con onerosos costos de vida, pero que resulta importante y bien codiciada  a la hora de ir a las urnas para elegir representantes.