lunes, 19 de octubre de 2015

¿Chile está preparado para una población envejecida?

Una población evidentemente envejecida es la que ya vive nuestro país y las cifras así lo demuestran.
La encuesta Casen dada a conocer este año, confirma la tendencia al envejecimiento de la población chilena, con un incremento del 9,3% en adultos, mayores de 60 años, los que al 2013, alcanzan más de 2 millones 800 mil personas en todo el país  y que podrían llegar a un 14,9% este 2015, según proyecciones del INE.

Si bien el Ministerio de Desarrollo Social tiene entre sus metas fortalecer el concepto de envejecimiento activo, llama la atención la situación en que viven muchos adultos mayores a nivel nacional, muchos de ellos en establecimientos de larga estadía y otros al cuidado de familiares o de extraños. Claramente esto no es una posición activa.

La agresión que vivió una mujer  en un hogar de ancianos ubicado en la comuna de  Maipú, da luces que la calidad de vida de estas personas no es la mejor y que se debe realizar una intervención o un cambio más profundo en las políticas públicas que permitan dignificar a nuestros adultos mayores.

Además de mejorar los establecimientos de larga estadía, se hace necesaria mayor fiscalización por parte de las entidades que correspondan; pero sobre todo darle espacios de participación y corregir  las pensiones.  Hoy en día los recursos que perciben por concepto de jubilación,  no es de lo mejor y ello genera un menoscabo en su calidad de vida, teniendo en cuenta que deben costear arriendo, medicamentos,  alimentación y en algunos casos cuidados especiales por el deterioro en la salud.

La pregunta es  ¿Chile está preparado para una población mayoritariamente  envejecida? La respuesta es no y es muy simple.  Por ejemplo hoy es engorroso que los adultos mayores puedan postular a fondos públicos  porque  las exigencias son muchas en materia de trámites y documentación;  todavía se está al debe con la salud y las escuálidas pensiones que perciben les obligan muchas veces a solicitar créditos irrisorios que no alcanzan para nada y que les implica además,  estar endeudados. Esto no es calidad de vida.

Pero hay una pequeña esperanza, recientemente la Cámara de Diputados aprobó una resolución que pide a la Presidenta de la República el envío de un proyecto de ley para aumentar el monto mínimo de las pensiones para igualarlo al monto del salario mínimo mensual.  Ojalá se tome en cuenta esta idea, puesto que sería una forma de agradecer y darle importancia a la labor que ya han hecho por esta sociedad estas personas.


Esto, mientras se esperan otras mejoras, como por ejemplo la construcción de 15 Centros de Larga Estadía para el Adulto Mayor en todo el país, cosa que hasta acá solo está como anuncio.