Una población evidentemente envejecida es la que ya
vive nuestro país y las cifras así lo demuestran.
La encuesta Casen dada a conocer este año, confirma la
tendencia al envejecimiento de la población chilena, con un incremento del 9,3%
en adultos, mayores de 60 años, los que al 2013, alcanzan más de 2 millones 800
mil personas en todo el país y que
podrían llegar a un 14,9% este 2015, según proyecciones del INE.
Si bien el Ministerio de Desarrollo Social tiene entre
sus metas fortalecer el concepto de envejecimiento activo, llama la atención la
situación en que viven muchos adultos mayores a nivel nacional, muchos de ellos
en establecimientos de larga estadía y otros al cuidado de familiares o de
extraños. Claramente esto no es una posición activa.
La agresión que vivió una mujer en un hogar de ancianos ubicado en la comuna
de Maipú, da luces que la calidad de
vida de estas personas no es la mejor y que se debe realizar una intervención o
un cambio más profundo en las políticas públicas que permitan dignificar a
nuestros adultos mayores.
Además de mejorar los establecimientos de larga
estadía, se hace necesaria mayor fiscalización por parte de las entidades que
correspondan; pero sobre todo darle espacios de participación y corregir las pensiones.
Hoy en día los recursos que perciben por concepto de jubilación, no es de lo mejor y ello genera un menoscabo
en su calidad de vida, teniendo en cuenta que deben costear arriendo,
medicamentos, alimentación y en algunos
casos cuidados especiales por el deterioro en la salud.
La pregunta es ¿Chile
está preparado para una población mayoritariamente envejecida? La respuesta es no y es muy
simple. Por ejemplo hoy es engorroso que
los adultos mayores puedan postular a fondos públicos porque
las exigencias son muchas en materia de trámites y documentación; todavía se está al debe con la salud y las
escuálidas pensiones que perciben les obligan muchas veces a solicitar créditos
irrisorios que no alcanzan para nada y que les implica además, estar endeudados. Esto no es calidad de vida.
Pero hay una pequeña esperanza, recientemente la
Cámara de Diputados aprobó una resolución que pide a la Presidenta de la
República el envío de un proyecto de ley para aumentar el monto mínimo de las
pensiones para igualarlo al monto del salario mínimo mensual. Ojalá se tome en cuenta esta idea, puesto que
sería una forma de agradecer y darle importancia a la labor que ya han hecho
por esta sociedad estas personas.
Esto, mientras se esperan otras mejoras, como por
ejemplo la construcción de 15 Centros de Larga Estadía para el Adulto Mayor en
todo el país, cosa que hasta acá solo está como anuncio.
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