“El capital es
trabajo acumulado, bien en forma de materia, bien en forma interiorizada o
“incorporada”.
Cuando un individuo decide
ingresar a un sistema educacional, tiene
el propósito de generar en él mismo nuevos conocimientos que posibiliten su
desarrollo intelectual y por consiguiente su desarrollo económico y social.
Ante este propósito surgen una serie de barreras o limitaciones que deben
romperse con tal de lograr el objetivo propuesto en un principio.
La primera barrera es el capital
económico. Un individuo puede tener las capacidades para iniciar su proceso
educativo en un establecimiento de alto rendimiento, de una exigencia
considerable, sin embargo un centro educativo con estas características demanda
un alto costo económico, que en innumerables ocasiones no pueden ser costeadas,
aún si posee las capacidades y
destrezas.
Una segunda barrera es el capital social.
Ingresar a un sistema educacional, también supone una serie de relaciones con
los distintos actores de éste, en el que por lo general figura una clase social
dominante.
Los
que pertenecen a una misma clase social tienen ideas en común, concepciones en
común e intereses en común. Una persona que este fuera de esa clase social,
tendrá ideales distintos, intereses distintos y concepciones distintas. Por lo
tanto su capital cultural será distinto al de los demás , lo que provocará
conflictos en su desarrollo.
Para el desarrollo de un capital
cultural, muchas veces es necesario la posesión de los otros tipos de capital,
esto porque vivimos en una sociedad en la que el capital económico y social
cobran un rol fundamental en el desarrollo intelectual.
Ahora bien, un individuo que posea un capital
económico importante, está dentro de una clase social más sofisticada, lo que
en definitiva implica un capital social mucho más elevado. La combinación de
estos dos permite que los recursos que el individuo posee le generen un acceso
mucho más expedito a elementos y herramientas que favorecen el desarrollo de su
capital cultural. Poseen más tiempo para la transmisión y recepción de éste.
Una persona con un capital económico
reducido, posee también un capital social bastante inferior, lo que condiciona
su pertenencia a una clase social baja. Estos dos factores predisponen a que el
individuo tenga menos posibilidades de desarrollar su capital cultural, debido
a que los recursos y el acceso a herramientas son reducidos, como los es
también el tiempo del que dispone para la transmisión y recepción de capital
cultural.
Actualmente vivimos en una sociedad
que busca permanentemente la igualdad entres los seres humanos, sin embargo es
una mera utopía, esto porque para que seamos una sociedad igualitaria, el
desarrollo debe ser transversal a las clases sociales y económicas. Aquellos que
pertenecen a una clase más acomodada, son quienes optan a carreras que
demandan mayor inversión y a largo plazo
mayores ganancias. Al recibir mayores ganancias por la profesión que desempeñan
su capital económico se acrecienta y por lo tanto el tiempo y los recursos que
poseen, facilitan un desarrollo de capital cultural aun mayor.
Aquellas personas que pertenecen a
grupos sociales con menor capital económico y social, son quienes optan a
carreras que demandan una menor
inversión y que a largo plazo generaran los recursos mínimos para sobrevivir.
Ante esta situación, estos individuos deben invertir mayor tiempo y recursos en
mejorar su calidad de vida y mantener una situación económica que les permita
vivir con las necesidades básicas, restando tiempo y recursos para la
transmisión y recepción de capital cultural.
En resumen, a mayor capital
económico y social, mayor acceso a capital cultura, y a menor capital económico
y social, menor acceso a capital cultural.
Por Héctor Belmar Gómez
Pf. Educación General Básica
Universidad de Los Lagos
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