Clara y
precisa fue la crítica que este domingo 13 de septiembre, realizó el pueblo evangélico a las autoridades
del país. A diferencia de otras
oportunidades, esta vez la consigna fue la desconfianza y la pérdida de credibilidad de las instituciones, en todo orden.
Y es que
nadie había explicado de manera clara y sin interpretaciones políticas, la
situación que atraviesa el país, como lo hizo el Obispo Emiliano Soto en el
tradicional Tedeum de las Iglesias protestantes. El líder religioso dijo que
“es alarmante comprobar la pérdida de confianza en los liderazgos y en las
relaciones sociales”.
Hasta hace
algunos años, este tipo de críticas solía darse entre los mismos políticos,
pero hoy en día la situación es tan alarmante, agobiante y preocupante, que cualquier ciudadano, tiene
claro que hay un problema grave en
nuestra sociedad y se llama “desconfianza”, con la cual no se podrá avanzar,
por muy interesantes que sean los programas de gobierno.
Lo importante
es que el mensaje lo oyó in situ la
misma Presidenta Bachelet, por lo tanto no hay excusa para no entender que se
hace necesario y urgente tomar medidas
que permitan devolver la confianza a la cuidadanía, porque con la desconfianza instalada no se
puede avanzar, es casi imposible crecer y lo que es peor, genera mayor
desigualdad de la que ya hay.
Entonces el
llamado a las instituciones, especialmente a las públicas, es retomar el liderazgo, ese
que se ha perdido por mezclar la política con los intereses personales y económicos.
¿Cómo se hace?, creo que asumiendo de manera humilde que nos hemos equivocados,
que se ha errado en el camino por querer un mejor país para todos, pero sobre
todo, reconociendo que las cosas no están bien y que es necesario enmendar el
rumbo, puesto que la cuidadanía no aguanta tanta injusticia y desigualdad ,
menos bajo un gobierno cuya bandera de lucha ha sido terminar con este flagelo,
pero que lejos de terminar, está por acabar con ellos, una nueva coalición ,
que de nueva solo tiene el nombre.
Es necesario,
por el bien de todo un país, que se
termine con las acusaciones cruzadas y que se trabaje unidos todos los sectores, que se retome el diálogo, sin enfrentamientos. A
mi parecer esa sería la receta para comenzar a cambiar y de este modo devolver
la confianza y el liderazgo perdido, porque un pueblo con líderes ficticios, no
va por buen camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario