jueves, 23 de junio de 2016

Importancia del voto voluntario y la participación

El pasado fin de semana varias comunas del país se enfrentaron a elecciones primarias, un mecanismo para elegir candidatos a elecciones populares, de manera  legal puesto que son reguladas por el Tribunal Calificador de Elecciones (TRICEL).

Estas elecciones buscaban elegir a los candidatos definitivos a alcalde que se presentarán en la elección municipal de octubre próximo.

Sin embargo y por muy democrático que parezca este ejercicio, el resultado no fue el esperado y sólo el 5, 5 % de los votantes habilitados en el país concurrieron a sufragar.  Esto da cuenta de un fenómeno negativo para nuestra democracia que es necesario revertir.

Y porqué revertir, primero porque yendo a votar estamos cumpliendo con un ejercicio cívico característico de una democracia y a diferencia de una elección parlamentaria o presidencial, las municipales son el primer puente entre la ciudadanía y las autoridades, por lo tanto una acción que debe impulsarnos a participar con entusiasmo.

 ¿Sabía usted que la baja asistencia a las urnas en las últimas elecciones está haciendo replantear el voto voluntario en algunos sectores?.  Como sociedad alabamos que el parlamento se puso de acuerdo para que la asistencia a las urnas sea voluntaria y no obligada, pero los números indican otra cosa y ello hace reconsiderar la medida, por lo tanto somos nosotros los ciudadanos como usted y yo quienes podemos cambiar este paradigma.

Ir a votar, no sólo es un ejercicio republicano, es una muestra que estamos interesados en el desarrollo del país, en el desarrollo de nuestras comunidades,  de nuestro entorno y aunque no nos gusten quienes nos representan, es la instancia para cambiar y luego exigir la materialización de estos cambios.

Por lo tanto el llamado es a participar de las próximas elecciones municipales de octubre y de este modo tener derecho a voz en el momento en que se decida el destino de nuestro territorio.





jueves, 7 de enero de 2016

Colusión de Supermercados, ¿qué más debemos soportar los chilenos?

Curioso, por decirlo menos, resulta los datos revelados por la Fiscalía Nacional Económica y los casos de colusión en las tres cadenas de Supermercados más importantes del país, Cencosud, SMU y Walmart Chile.
Lo curioso no es  la práctica, que ya parece habitual entre las grandes empresas, sino el tiempo que se demora en conocer, en  tener a mano los resultados de una investigación, a un hecho que nos deja perplejos y preguntándonos como consumidores, hasta cuando se permite este tipo de prácticas que sólo dañan a los consumidores y lo que es peor, la confianza de la ciudadanía hacia las instituciones y las mismas empresas. Y es que los datos dados a conocer por la FNE, datan de 2011 o 2012, es decir, no es necesario ser expertos en matemáticas para darse cuenta que desde entonces a la fecha, las billeteras han aumentado a costillas de usted y yo. 
Es grotesco pensar que ya no es la delincuencia, la salud o la educación  los temas que afectan a los chilenos, sino que este tipo de cosas, que dañan la confianza y lo que es peor los pocos recursos con que vive la mayoría en este país.
Colusión en farmacias, los pollos, los supermercados, el transporte, la energía eléctrica, el agua, los peajes en carreteras, la mezcla del dinero con la política, el costo en salud, la educación, qué más debemos soportar los chilenos.
Entonces señores, se hace necesario y de manera urgente exigir a las autoridades mayor fiscalización, control y castigo a quienes incurren en este tipo de prácticas abusivas que dañan el bolsillo de la clase media. Esta es la única forma de evitar caer en una suerte de desorden social, impulsado por un Estado permisivo.
Ahora resta esperar cual será la reacción de los parlamentarios con este tema, si es que respetarán el sentir de la ciudadanía que condena estos abusos o simplemente los argumentos económicos pesarán más a la hora de votar el proyecto de Ley que se tramita en el Congreso y que castiga los acuerdos para fijar precios.  


Los chilenos comunes y corrientes, esos que todos los días nos levantamos para mover este país  y que no percibimos  grandes sueldos, necesitamos volver a confiar en las autoridades y las instituciones, pero de manera urgente. Es decir, es vital hacer un guiño a la ciudadanía, esa misma que es castigada con onerosos costos de vida, pero que resulta importante y bien codiciada  a la hora de ir a las urnas para elegir representantes.