sábado, 24 de octubre de 2009

Acto cívico

Navegando por la web me encontré con un artículo escrito por el Sacerdote Felipe Berríos, quien asoció el “acto cívico”, que en la época de la dictadura se debía realizar en los establecimientos educacionales cada lunes, con el respeto que se debe tener hacia los homosexuales o lesbianas.

En este, el sacerdote plantea que si bien estamos en una época totalmente distinta a la de años atrás, la situación sobre la denominada “minoría” sexual, es discriminada y me atrevo asegurar que tal cual como sucedía en aquel entonces, debido principalmente por la falta de información y la inseguridad en la que permanecemos . Ocurre que plantear abiertamente el tema a una mayoría que no es homosexual o lesbiana en estas condiciones de carencia de conocimientos, solo generaría problemas de discriminación y rechazo originados por prejuicios, seas estos familiares, sociales y religiosos.

En este último punto quiero detenerme. Creo que es justamente este sector de la sociedad quienes deben colaborar en terminar con estos prejuicios, no juzgando de buenas a primeras a quien manifieste abiertamente su opción sexual. A mi juicio las personas son mucho más valederas por lo que son internamente y no por sus gustos sexuales. Esto es un tema secundario. Suele ocurrir en muchas ocasiones que la mayoría de estas personas son buenas, con muchos sentimientos, de buen corazón, cosa que hoy en día es difícil encontrar en los denominados grupos heterosexuales. Y aquí coincido plenamente con el sacerdote Berríos, quien señala lo siguiente:

“Es comprensible que alguien se desconcierte ante lo que no entiende o desconoce, pero esto no justifica una respuesta violenta o descalificatoria. Probablemente quienes reaccionan de forma virulenta se deba, más que a prejuicios adquiridos, a que tal vez poseen una inconsciente y profunda inseguridad de su propia identidad sexual y eso los haría sentirse, de alguna manera, agredidos”.

Y es que muchas veces las personas actúan en proporción a su propia inseguridad o desconocimiento de las cosas.

Entonces, tal como afirma Felipe Berríos, como sociedad será entonces un imperativo moral y un verdadero “acto cívico” saber respetarlos y no condenarlos. Recordemos algo muy importante. Dios es amor y esta frase dice mucho: “Su misericordia está para toda la humanidad”, no a cierto grupo y mucho menos a quienes se escudan bajo el término “heterosexual”.

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